jueves, 15 de noviembre de 2012

BORGOÑA VIAJE INICIÁTICO (3)



Hospicio de Beaune


Salir para tomar unos vinos por Beaune es algo más complicado de lo que se pueda imaginar. No vimos muchos bares para alternar esa tarde. Como centro vinícola que es, esta plagado de vinotecas donde se puede comprar botellas completas o te ofrecen unas catas preparadas con una serie de marcas elegidas por el propietario. Todo esta dispuesto para la venta de botellas. Estuvimos en un par de vinotecas donde te habilitaban un rinconcito para dar buena cuenta de la botella que hubieras elegido. En nuestro recorrido nos encontramos con Domaine des vins una coqueta vinatería dispuesta como el típico club ingles, mesas circulares con sillones en cuero, un sitio muy agradable. 

Aquí tomamos una botella  diferente a todo lo que habíamos probado durante el día Nuits st. Georges 1er cru, les Porets st. Georges de Domaine Alain Michelot. Apareció una mayor concentración, nunca en exceso, frutos negros con fresa fresca, toques minerales y trufa. En boca equilibrado y largo. POR FIN UN VINAZO después de no haberlo encontrado, después de haber tomado unos veinte anteriormente. Eso es algo que nos descolocaba pero no paramos de disfrutar...




 



El día siguiente decidimos pasarlo en Beaune. A primera hora fuimos a visitar el Hospicio de Beaune. Una  belleza arquitectónica  que articula el centro de la ciudad con una gran historia ligada al vino de Borgoña. El hospicio fue construido en 1443 para los pobres provenientes de la miseria que dejo en la zona la guerra de los cien años. El hospital del hospicio ha seguido funcionando hasta 1971. El Hospicio en la actualidad explotan 61 ha de viñas heredaras a lo largo de los siglos. El vino que se elabora de estas viñas se vende en una celebre subasta que se realiza una vez al año desde 1859.


Recorrimos las calles de Beaune localizando otra singularidad arquitectónica, la sede una de una e las bodegas más importante de la borgoña.  Domaine Bouchard pere et fils

Domaine Bourchard Pere et Fils


CATADOR DE INOXIDABLE PARA LA CATA
Después de este exceso turístico tocaba catar algo de vino, y aunque fuesen las 12 del mediodía nos metimos en una vinoteca que se encuentra enfrente del hospicio MARCHE AUX VINS. Con cierto aire institucional, era un edificio en cuyas bodegas, podías probar una gran cantidad de vinos y recorrer de norte a sur toda la zona vinícola. Creo recordar que catamos los quince vinos que ofrecían. Únicamente tenían un gran defecto, para realizar la cata te ofrecían solamente un catador  de acero inoxidable. Estos catadores  pueden ser buenos para sacar defectos o para que te saquen una foto con un mandil de cuero, pero es muy difícil realizar una cata en condiciones. Fue en balde, pedir catavinos convencionales, temerían que les tirásemos abajo la bodega. Hicimos un repaso de  todo lo que tenían en la bodega, de los quince únicamente nos enamoró un par de ellos, ambos fuera de cualquier posibilidad económica. Volvemos otra vez a chocarnos con el vino de borgoña. Tengamos en cuenta que todas las botellas que probábamos era de 20€ para arriba.


Después de esta nueva decepción cogimos el coche para visitar las localidades al sur de Beaune pertenecientes a la cote de Beaune: Pommard, Volnay, Mersault…Comimos en una bonita terraza de un restaurante de Volnay repleta  de gente con un templado sol y con un Mersault fresquito. Fue una comida muy agradable. Pero como nos paso el día anterior nos quedaba la espina clavada de tomar un buen borgoña y volvimos a Beaune a Domaine les vins. Ya entablando relación con el cavista nos recomendó una serie de vinos del cual decidimos tomar Nuits St. Georeges 1er cru Clos des Forets de Domaine de L´arlot. Este se mostraba más potente que el vino del día anterior, menos aterciopelado con más presencia de madera nueva, menos redondo. Pero volvía a ser otro gran vino. Con este sabor de boca nos fuimos a la cama el día siguiente teníamos un largo viaje hasta Cantabria.

Ya en el coche descubrimos que es Borgoña: Es la capital del vino. Es ahí donde se hacen los vinos más excepcionales del mundo. No hay vinos de este tipo en ningún lugar del mundo( que yo conozca), la pinot de Borgoña no se asemeja a la elaborada en otro lugar del mundo.

Dentro de la Borgoña y debido a su minifundismo y a su lecho de mercado los precios se han disparado de una forma sorprendente. Comprar una botella de 60 € de un 1er cru no te garantiza que sea un buen vino. Y en la mediocridad puedes llegar a pagar 20 € por un vino comunal (village) que no te diga nada.

 Para mi lo mejor se encuentra en Borgoña pero para el que pueda pagarlo.

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