viernes, 22 de mayo de 2015

Franklin Barbecue: A Meat-Smoking Manifesto by Aaron Franklin, Jordan Mackay

No es costumbre entre los gastrónomos españoles fijarnos en la comida tradicional estadounidense. Estar en la cima de este mundillo hace fácil mirar por encima de hombro a muchas de las cosas que se hacen en ese país. Me gustan los programas de  Anthony Bourdin (Nueva York, 1956)  en la televisión Americana. El típico programa de viajes donde nos propone lo más sugerente que se puede comer en cada ciudad o país que visita. En uno de los programas visitaba Austin en Texas, mucha música, mucho sandwich y como no mucha Barbacoa. Me impactó uno de los locales en lel cual el cocinero se pasaba toda la noche asando la carne en su smoker, barbacoas que también ahuman. En su restaurante abrían las puertas a las 11 de la mañana, (allí tienen la costumbre de comer mucho antes que en España) pero desde las 9 ya había gente esperando. Clientes que vienen de otras ciudades del estado y hasta de fuera del estado. ¿Como puede ser que para comer unas costillas asadas o un Brisket guarden cola de varias horas en un restaurante?. 
A partir de ese momento me dedique a seguir en canales de you tube y en su propia pagina web para poder intentar conocer a este restaurante. Franklin Barbecue.


Es uno de los restaurantes más cool ahora en esta zona del país. En 2014 recibió una visita del propio presidente Obama. Podéis observar en las fotos que es de lo más sencillo con precios por medio kilo de carne de unos 20 € o un sandwich por 7 €. Precios bastante razonable si entendemos todo la elaboración.


El pasado mes de Marzo Aaron Franklin ha sacado su propio libro Franklin Barbecue: A Meat-Smoking Manifesto by Aaron Franklin, Jordan Mackay. Una buena presentación aderezado de preciosas fotografias, nos hace un paso primero por su propia  experiencia vital. Como de la nada comenzó a aficionarse al tema de las barbacoas, en las reuniones del grupo de rock que tenía, desde su desconocimiento total hace apenas 10 años, de este tipo de cocina, a montar su propio restaurante en el que ha almorzado el presidente de los estados unidos. Después el libro pasa a describir su proceso de elaboración: desde el tipo de smokers necesarios, diferentes tipos de leña y como no, la cocina.
Se basa en largas cocciones a baja temperatura, pueden durar hasta 8 horas, intentando que nunca pierda la humedad la carne y que coja el sabroso sabor ahumado. No se deja nada en el tintero y comparte toda la información  que le ha llevado a ser un referente en esta cocina.

En todo el libro se deja claro que lo más importante de todo es hacer las cosas con pasión y cariño, ¿y esto no es la clave de todas las cocinas?

jueves, 7 de mayo de 2015

Chinatown de Amsterdam




Desde el principio de siglo pasado en Amsterdam se estableció una importante colonia de población China. En la actualidad los descendientes de esta comunidad así como otras comunidades orientales, siguen dejando su impronta en esta capital europea. Pasear por la Calle Zeedjk te transporta a otras latitudes pudiendo sumergirte en otras culturas. Puedes Contemplar un inmenso templo budista Fo Guang Shan He Hua, construido en el año 2.000 entre restaurantes, tiendas y mercados orientales. El primer restaurante Chino en esta zona abrió sus puertas en 1928. en la actualidad puedes encontrar restaurantes chinos y de comida asiática fuera de lo que estamos acostumbrados en nuestras ciudades. En un fin de semana en la capital Holandesa, visité dos grandes restaurantes en la calle Zeedijk.





 A Fusión, como el nombre indica no es chino puro tiene influencia de otras cocinas asiáticas. Este restaurante es Bid Gourmand por la Guía Michelín,lo cual suele garantizar una buena cocina a precio comedido. La sala es muy discreta y sencilla sin grandes adornos pero funcional. En su interminable carta se puede encontrar dumplings de diferentes tipos, gyozas, Sushis, rollitos vietnamitas, brochetas thailandesas... Buenas presentaciones con unos precios de 5€ a 15€ por ración. Quizá lo peor sea el sushi pero los dumplings y gyozas son extraordinarias.Pagamos 163€ por cinco comensales.Recomendable para pasar un rato divertido.











Al día siguiente visitamos un famoso restaurante chino, situado en la misma calle el Nam Kee. Ya solo la vitrina exterior te advierte lo que vas a tener en el interior, Patos lacados colgados de ganchos.La sala es austera hasta decir basta. Unas mesas y sillas de madera muy sencillas con una decoración inexistente que vivió mejores años. Aunque necesite una actualización se encuentra limpio y agradable. El servicio es muy tosco llegando a ser descortés, sin ningún adorno de acuerdo con la decoración. Pedimos unas Ostra al vapor de aperitivo, sopa de fideos y después varios tipos de pato, el que mas me gustó fue el Pekines acompañado de tortillitas y salsa Hoisin. El mejor que he tomado nunca. Pagamos unicamente 95€ para cuatro comensales.
Recomendable si quieres comer buen chino sin importarte la sala.