La costumbre de las fiestas navideñas hizo que me reuniese con mi amigo José el pasado sábado. José vive fuera de la tierruca y siempre que viene esta deseoso de tomar producto, producto y producto, y si puede ser marisco, mejor. Por esta razón nos decidimos por el restaurante LA FLOR DE TETUAN. La imagen que muestra desde la calle nos ha echado para atras otras muchas ocasiones. La fachada esta presentada con unas grandes fotografías marinas que se iluminan, de colores claros y de decoración sencilla, más cercano a una cafeteria que a un restaurante de nivel. Eso si, una cosa nos hizo cambiar de opinión y decantarnos para conocerlo, tiene un escaparate donde muestran las piezas más interesantes que tienen cada día: Percebes, langostinos, gambas, chuleteros ... todo ello de una calidad excepcional.
Reserve para la cena con algún día de antelación, dadas las fechas, pero el restuarnte estaba bastante desangelado con, unicamente, un para de mesas ocupadas. El interior es el mismo que promete la fachada. Un amplio local con colores crema y anaranjados, con una iluminación excesiva, a mi entender, plantas de plástico... vamos como os digo pura cafetería. El servicio se mostro muy atento desde el principio siendo profesional sin llegar a empalagoso. El metre nos dió la carta, otra cosa a cuidar, de plástico con hojas de coloroes fosforito que te recordaban a las típicas tascas de picoteo. Nos fué recitando el genero que tenía fuera de carta, dando en todo momento el precio de cada uno de ellos, importante para no llevarse disgustos al final de la cena. empezamos con media docena de ostras, pequeñas pero de intenso sabor y buena textura. Buenas piezas pero esperaba algo mejor. Después pasamos a unas almejas de la ría de Carril, sencillamente espectacular; de un tamaño similar al de las ostras que tomamos y de un profundo sabor ( probablemente nos confundimos al pedirlas a la sartén, por que esas almejas seguro que están mejor crudas) un placer.
Para regar esta cena pedimos un Maestro Mateo Azul. Un albariño muy serio fuera de los artificios acostumbrados en esta DO. Se mostró recio, equilibrado con buena acidez y matices minerales. Toques florales sutiles y algo de fruta blanca alejada de lo tropical tan presente en la mayoría. de lo mejorcito que he tomado de Albariño.
El servicio entre plato y plato muy ágil, a veces hasta demasiado.Pasamos a los percebes, de pequeño tamaño y de intenso sabor, aunque me gustan de carne algo más prieta el resultado fue bueno. Por último nos pedimos una langosta de costa. De buen tamaño 1,20 Kg el metre nos explicó que si la cabeza de la langosta tiene pinchos indica que es de la costa cantábrica. Desconocía esta particularidad, de hecho no he tomado ninguna que no sea así, tendré que estudiar sobre el tema. La presentaron cocida partida al medio. La carne era prieta y sabrosa, una maravilla.
No tomamos postre y acabamos la cena con dos Gin tonic de London Gin.
Local de primer nivel, que tienen excelente genero y lo saben cuidar. elegante y ágil servicio. Todo ello en un local que no es agradable para una bonita velada y que desmerece totalmente con lo que te ofrecen. una pena.
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