Ramen es la evolución de la sopa fideos china que resulto de la adaptación de los emigrantes chinos en Japón durante el pasado siglo XX. Este plato con el tiempo se ha convertido en todo un clásico en Japón y ha definido toda la comida fusión entre estos dos colosos de la gastronomía.
Con este punto de partida tres emprendedores han abierto las puertas del primer ramen bar en Madrid, Chukka ramen bar. Llevan abiertos poco mas de un mes y ya resulta difícil encontrar una mesa. la fachada está diseñada como si de una tienda de comida fresca se tratará.
Un local bastante pequeño pero acogedor y bien distribuido, al estilo de una taberna. Pasando una pequeña barra se abre un pequeño comedor con mesas dispuestas de manera informal, algunas de ellas altas, para conferir un ambiente desenfadado y agil.
La carta es variada con muchas cosas diferentes que probar, con precios desde los 4€ hasta los 12€. Yo opté por tomar un par de entradas y acabar con una sopa ramen.
Comencé con un Rao Bun ( pan taiwanees cocido al vapor relleno de diferentes ingredientes), me dejé llevar por la agradable y atenta jefa de sala, y probé uno fuera de carta. El pan lo sirven abierto, tipo bocadillo, y en mi caso tenía una sabrosa carne ahumada, poco hecha sonrosada en el centro con Kimchi ( ensalada de col fermentada). El conjunto era expléndido y desde su sencillez ganaba profundidad. Muy bueno.
Soy un enamorado de las gyozas por lo que me pedí unas rellenas de Gambas al ajillo negro y bok choy. Fué una pequeña decepción; tras una gran presentación, ligeramentes pasadas por la plancha y con un pequeño crujiente elegante, en su interior desaparecía el sabor y el contraste, haciéndose muy presentes el sabor de la pasta y el aceite sin dejar rastro del la gamba y el ajo negro.
Como plato principal me pedí shoyu | deos frescos alcalinos, panceta de cerdo, huevo 6’ y cebolleta china(doble sopa tipo consomé a base de dashi y pollo con alga nori) Contundente plato de sopa con una mezcla un poco explosiva. Muchos ingredientes envueltos todos en un caldo de dashi muy potente: huevo, pancenta de cerdo, alga nori, cebolleta... muy entretenida y sabrosa.
Sitio diferente que merece la pena visitar por su moderna propuesta en el panorama castizo; aire fresco en esta ciudad, que, con unos pequeños ajustes propios de los comienzos, seguro que darán que hablar.
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