lunes, 6 de agosto de 2012

EL NUEVO MOLINO

En la actualidad los restaurantes están sufriendo, como todo hijo de vecino, la crisis galopante de este país. Es habitual conversar con restauradores que se lamentan de la poca afluencia de público a sus establecimientos. Es un sector que se ha visto afectado, en pocos años, por una sucesión de decisiones político-sociales que no han hecho otra cosa que agravar su situación.

Primero fueron los comedores para fumadores, después la concienciación y reducción del alcohol al volante, después la prohibición total de fumar en los restaurantes, la reducción de sueldos y la subida de impuestos. En los restaurantes,  los vinos y  las consumiciones de la sobremesa suelen dar mayores márgenes al empresario, pudiendo mantener más ajustados los precios del menú.

Al aumentar los controles de alcoholemia (junto a la concienciación de la sociedad, gracias a Dios) se han reducido notablemente; tanto las consumiciones de sobremesa, como las de botellas de vino. Esto hace aún más difícil tener un restaurante fuera de una gran ciudad, donde, casi exclusivamente, los comensales llegan en automóvil.

El Nuevo Molino no quiere quedarse quieto, por eso ha decidido motivar al cliente para que desplace hasta Puente Arce. Siempre que tu localidad se encuentre entre Torrelavega y Santander te ofrecen un servicio de transporte desde el punto que tu digas hasta el restaurante y después de una tranquila velada te devuelven a tu lugar de origen. Esto no conlleva coste adicional. De esta forma mucha gente que de no existir esta posibilidad quizá optaría por otro restaurante de "ciudad" se decide a visitar éste. Está claro que con esta opción el cliente se relajará y no estará contemplando la cantidad de vino que toma, o si le apetece, tomará una copa al final de la cena.

El pasado viernes cenamos en el nuevo molino.Entre los menús que ofrecen nos decidimos por el llamado gastronómico por 38 €. Un entrante, un pescado, una carne y postre. Ideal para ir a cenar. Recordemos que el Nuevo Molino es un restaurante de una estrella Michelín. El precio es muy, pero que muy ajustado.

Ensalada de bacalao, setas y pimientos
en costra de patata con su pil pil


Platija al horno con salsa de soja y citricos y wakame




Entrecot trinchado, Chupa Chups de pimiento rojo
y jugo de melón y pepino


Helado de queso sobre coulis de frambuesa
y crujiente de almendra


El menú estuvo muy bien; equilibrado y a la altura de este restaurante y con una técnica excelente. A destacar el pescado realmente espectacular. El servicio fue ágil y agradable.

Para terminar la velada nos adentramos en la capilla situada en el jardín, convertida en un club de fumadores, donde degusté un buen Partagás serie dnº 4. El espacio es muy agradable con una buena iluminación, cómodos sillones y buena música. 


La Dirección del nuevo Molino entiende la gastronomía como yo. Un punto de parada en la rutina donde dejarte llevar sin preocuparte de otras cosa; no preocuparte del transporte,no preocuparte de dejar la paga del mes, no preocuparte de tomarte una copa, poder fumarse un puro en su capilla. De eso se trata: de disfrutar y yo en el nuevo Molino he disfrutado.