Es curioso que a veces se acierta por suerte. De visita por la capital de Asturias estaba buscando un sitio para cenar. Estaba solo y no tenía ganas de grandes banquetes; buscaba algo entretenido que saciase mi apetito y que no me dejara temblando la billetera. Paseando por la Avda. Galicia, encontré una serie de restaurantes con posibilidades. Después de analizar las diferentes cartas expuestas en la calle me decidí por entrar en el Naguar.
La entrada es una larga barra que aquel Jueves estaba hasta la bandera, una feria de vino, como presentación de la nueva añada de diferentes Bodegas. Un bodega por cada restaurante. Esta iniciativa es del distrito Gourmet ( asociación de 13 locales de la zona) para mover un poco los jueves de Oviedo.
Al final de la interminable barra hay un amplio comedor, con una decoración algo vintage, agradable y cómodo. Las mesas están vestidas de forma informal con manteles dobles que tanto se han puesto de moda.
la carta se agrupaba en platos frios y calientes con una variedad que abarca desde unas sencillas patatas bravas Naguar ( 6 € ) a unas Gambas en Panko japones (13,5 €). de unas croquetas cremosas de picadillo (9,5 €) a un steak tartar (19€). La propuesta es muy amplia y te resulta dificil decidirse por cual de ellos decantarse. Tienen dos menus degustación de 40 y 25 € servido para mesas completas.
La jefa de sala me propueso tomar varias de las raciones, ajustando los tamaños para poder probar hasta cuatro de ellas. Es todo un acierto que hace disfrutar al comensal conocer la cocina del restaurante aunque no tome el menú degustación. al desarrollarse la feria del vino en el establecimiento me sirvieron una botella de la bodega que se presentaba en Naguar. Habla de silencio Syrah 2014, vino joven, recién embotellado con una potencia frutal y un equilibrio y acidez que no había encontrado en las botellas de crianza que he tomado de esta bodega. Buenísimo.
Comencé por el pincho Laureado en el certamen de Mejor pincho de España en Valladolid en el pasado 2013.Coulant de cocido. un simpática porción de coulant de bizcocho fino para tomar de un bocado que explotaba en un sabroso caldo de cocido de garbanzos. Conjunto efectista y resultón aunque algo plano en sabores.
Globo de pan y ceviche un concepto similar al coulan pero con alguna diferencia. Un pan fino suflado y relleno de un fondo de ceviche. el crujiente y el interior yodado liquido con un toque fresco que le da el boniato y albahaca . Muy bueno, juego de texturas y sabores muy conseguido.
Tomé unas Gyosas de verdura y citronela, en una elegante presentación, en el cocedero de bambú, con alguna judía verde tierna y espolvoreado con shichimi tougarashi y sésamo tostado, que le dan un crujiente y un punto de picante muy agradable. El interior de pasta de arroz verduras y pollo estaba sabroso y realzado con una salsa de soja y citronela que hace una composición muy refrescante y sabrosa con un toque picante. Muy bueno.
Acabé con unas Alitas thai confitadas. Plato que no se encontraba a la altura de sus predecesores. Las alitas estaban cocidas en una salsa con toques orientales pero con una acidez totalmente desbordada , posiblemente de lima o citronela. La carne del pollo estaba muy cocida quedando un plato seco y con una salsa desiquilibrada. Un pena.
Pagué 26,70 € sin vino pienso que esta bastante ajustado a lo que disfrute, quizá barato.En resumen un sitio de primer nivel para visitar tan pronto como pueda, para probar todas los platos que no pude probar.
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