DUBLIN 2: THE PIG´S EAR

Durante nuestras andanzas en tierras dublinesas reservamos mesa para cenar en un pintoresco  restaurante de una zona centrica THE PIG´S EAR. Nos dieron cita para las 21:00 horas pues estaban completos. El restaurante ocupa un pequeño edificio de cuatro plantas. Se accede por un pequeño portal que te sube hasta la primera planta donde se encuentra el comedor principal y la cocina. La segunda planta esta ocupada por unos comedores para diferentes reservados y las dos ultimas plantas para los servicios.

La decoración sencilla pero con toque diferente, jugando con el color fucsia, el blanco, negro y madera. La gente que ocupaba las mesas en su mayoría jóvenes y abundaban las parejas, en un ambiente intimo y cómodo. Bajo nivel de luminosidad que en algún momento resulto molesto. Las mesas se encontraban bien distanciadas y el servicio fue muy atento y fluido. Como nos paso en otro restaurante, la noche anterior, en el Pig´s ear las mesas tampoco estaban vestidas con mantel pero si tenía servilletas de hilo.

La carta de vino era bastante escueta y con pocas referencias importantes. El precio del vino alto. Pedimos un barbera de Alba bastante sencillo por 30 €. Era de lo más barato que tenía en la carta.

Eramos tres  comensales y pedimos dos entradas :     Whiskey Cured Irish Salmon with Chopped Hen's Egg, Cucumber & Dill Pickle   -   €10.95 , correcto salmon ahumado  y una tarrina de pato confitrado servido en una tarrina muy bueno aunque algo excaso para compartir ,Potted Duck with Juniper, Caper & Tarragon Mayonnaise - €9.95.

Lo mejor llegó en el plato principal. Esta vez si pude pedir  cerdo y coincidió lo que quería pedir con lo  me sirvieron . Un trozo de costilla de cerdo confitada  en su punto se deshacía en la boca, con toques agridulces. Realmente espectacular. (Honey Roasted Fermanagh Pork Belly with Mini Sausage Roll, Cauliflower, Pearl Barley, Young Cabbage & Spiced Prunes   -   €23.95).

 Un sitio muy recomendable . Un solo problema, que yo creo que es general en todas las islas británicas. El concepto copa no lo entienden. Te ponen la copa en un vaso de minicaña y hasta la botella de tónica es más pequeña, de corteza de limón ni hablamos. El tema sobremesa es un tema realmente complicado.

                             

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